En este marco, esta semana salió a la luz la noticia de que un usuario quiso inmolarse frente a la sede de la cooperativa, ubicada en Bahía Blanca y Mitre, ya que el vecino adeuda más de 100 mil pesos, solamente con CALF. Concretamente, el hombre amenazó con prenderse fuego al verse imposibilitado de pagar.

Pero esta es una tendencia que se repite a lo largo y ancho de la ciudad: uno de cada tres usuarios no puede pagar la boleta de la luz, lo que significa un 33,3 por ciento y, por ende, se traduce en un altísimo sector de la sociedad neuquina.

Haciendo la comparación entre dos boletas, pertenecientes al mismo domicilio, de agosto y octubre de 2019, la diferencia entre los montos a pagar es notable y prácticamente con la misma cantidad de consumo: 1316 pesos (250 kilovatio/hora) contra 2100 pesos (267 kilovatio/hora), respectivamente. Esto se traduce en un incremento de casi el 60 por ciento en tan solo 60 días.

Ante este panorama crítico, desde CALF acudieron a “un salvataje social” para aquellos que ni siquiera con un plan de refinanciamiento pueden pagar. Se trata de un comité de emergencia social que atiende a unas 20 o 30 personas para buscar soluciones a estos casos.

Para colmo, el secretario general de la cooperativa, Darío Lucca, reveló que los incrementos son aún peores para los comerciantes ya que abonar la tarifa eléctrica se compara con el gasto del ¡alquiler! Esto último, teniendo en cuenta que la industria inmobiliaria maneja números desorbitantes, más aún en el centro de la ciudad.

Por último, vale destacar que desde la propia cooperativa anunciaron que el incremento fue de “más de un 2 mil por ciento en los últimos dos años” y apuntaron contra la Municipalidad por la negativa de considerar el cambio de indicadores de la tarifa.