Perfiles Urbanos
Trayectoria, dedicación e historia

VIDEO | Raúl Mansilla: la poesía con los ojos rojos

Su obra, profundamente enraizada en el Neuquén que adoptó como hogar, es un testimonio vivo de la Patagonia y de las contradicciones de la modernidad.
Mientras haya una remera con un lamparón de vino y una noche de conversación entre amigos, Raúl Mansilla seguirá escribiendo.
Su trabajo ha sido reconocido en antologías nacionales e internacionales, y su influencia en la literatura patagónica es innegable.

Por décadas, la voz de Raúl Mansilla ha resonado en los paisajes patagónicos, entre versos cargados de ironía, nostalgia y una mirada crítica sobre su entorno.

Poeta e historiador, Mansilla ha dejado una huella imborrable en la literatura de la región, convirtiéndose en una de las figuras más destacadas de la poesía contemporánea argentina.

Su obra, profundamente enraizada en el Neuquén que adoptó como hogar, es un testimonio vivo de la Patagonia y de las contradicciones de la modernidad.

Nacido en Comodoro Rivadavia, Chubut, su verdadero arraigo poético lo encontró en Neuquén, donde llegó en 1981. Desde entonces, su presencia se ha sentido en la escena literaria de la región, formando parte de importantes grupos y movimientos poéticos. Integró el Grupo Coirón de Neuquén y fue uno de los fundadores del Grupo Poesía en Trámite, espacios de exploración y resistencia literaria donde la palabra se tornaba un arma de expresión.

Mansilla también fue parte del Grupo Celebriedades, un colectivo que surgido en 2003 en el Encuentro Binacional de Escritores en Junín de los Andes y Pucón (Chile), consolidó su identidad a través de presentaciones, publicaciones y performances poéticas que recorrieron la Patagonia y cruzaron la frontera chilena.

Junto a Carlos Blasco, Tomás Watkins, Juan Sebastián Villarreal, Sebastián González y Cristian Carrasco, llevó adelante una literatura que desafiaba las estructuras tradicionales y que, a través de su editorial independiente, "Libros Celebrios", logró plasmar una obra auténtica y visceral.

Una poesía de pasajes y paisajes

La obra de Mansilla se caracteriza por su tono desenfadado y su fuerte anclaje en la geografía patagónica. En "Ojos rojos", una de sus obras más emblemáticos, el poeta nos transporta a un Neuquén de contrastes, donde lo cotidiano se vuelve poético y la ciudad se convierte en un personaje más de sus versos:

"Ojos rojos para verla encallada en los techos./ Ojos rojos para mirar Neuquén, el valle, donde todos apretados dicen 'Whisky'."

Con una mirada que se debate entre la contemplación y la crítica, sus textos abordan desde lo urbano hasta lo más primitivo de la existencia. En "No escribo más poemas", incluido en el mismo libro, Mansilla reflexiona sobre su relación con la escritura, dejando entrever una de sus características esenciales: la ironía:

"Aldo sabe, porque anoche nos tomamos tres botellas de vino, y me dijo pelotudo, que está un grado más arriba que boludo./ Ella me rompió el corazón y ahora no escribo más poemas de amor."

Esta combinación de crudeza y humor atraviesa toda su producción literaria. Desde su primer libro, "Mariaísmo" (1984), pasando por "Las estaciones de la sed" (1992) y "El héroe del líquido" (1999), hasta "No eras un viajero inglés" (2004), su poesía ha transitado diferentes etapas sin perder su esencia irreverente y su interés por lo marginal y lo contradictorio.

Poeta en movimiento

A lo largo de su carrera, Mansilla ha sido un poeta nómada, no solo en su exploración literaria, sino también en su constante participación en encuentros y congresos. En 2004 presentó su obra en la Isla de Chiloé y en Temuco, en espacios académicos como la Universidad de la Frontera y la Universidad Católica de Chile. Asimismo, con el Grupo Celebriedades recorrió ciudades como Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Zapala y Junín de los Andes, organizando eventos como el "Confluencia Literaria" en Neuquén.

En 2015, presentó "La ruta metafísica del héroe", una antología que recopila tres décadas de poesía. En esa ocasión, Mansilla reflexionó sobre la dificultad de la palabra y la esencia de su escritura:

"Hablar es difícil, decir es difícil, escribir es difícil. La poesía respira con dificultad, sangra por la herida. Quizás haya mucho publicado y poca poesía."

Sus palabras reflejan una preocupación constante por el devenir del arte y su función en la sociedad. Crítico del aplauso fácil y del guiño a los académicos, Mansilla ha defendido siempre una poesía que nazca de la experiencia y de la calle, que no pierda contacto con la realidad ni con las emociones auténticas.

El legado de un irreverente

A lo largo de su trayectoria, Raúl Mansilla ha demostrado que la poesía puede ser tanto un refugio como un campo de batalla. Su trabajo ha sido reconocido en antologías nacionales e internacionales, y su influencia en la literatura patagónica es innegable. Fue presidente de la Sociedad de Escritoras y Escritores de Argentina, Seccional Alto Valle (SEA), y promovióel desarrollo de la literatura en la región.

En sus versos, Neuquén no es solo una ciudad, sino un espacio de contradicciones, de afectos y desencuentros, de bares y encuentros fortuitos. Su poesía, con los "ojos rojos" de quien observa con intensidad, seguirá siendo un testimonio vivo de una Patagonia literaria y rebelde.

Mientras haya una remera con un lamparón de vino y una noche de conversación entre amigos, Raúl Mansilla seguirá escribiendo. Y mientras escriba, su poesía continuará iluminando los rincones de la literatura argentina con su irreverente y apasionada mirada.

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