Judiciales y Policiales
Catorce ataques a cajeros automáticos

El "mago del Skimming": un ilusionista del delito fue condenado a 3 años de prisión

La sentencia se dictó en una audiencia llevada a cabo este martes, donde la fiscalía de Delitos Económicos, encabezada por Juan Manuel Narváez, presentó pruebas que llevaron a Sosa a aceptar los cargos de fraude especial.

Tomás Alejandro Sosa, conocido en el submundo del crimen como el "Mago" del skimming, ha sido condenado a tres años de prisión efectiva tras admitir su responsabilidad en catorce ataques a cajeros automáticos. De estos asaltos, logró concretar cuatro, sustrayendo casi 3 millones de pesos, un montante que pone de manifiesto la peligrosidad de su modus operandi.

La sentencia se dictó en una audiencia llevada a cabo este martes, donde la fiscalía de Delitos Económicos, encabezada por Juan Manuel Narváez, presentó pruebas que llevaron a Sosa a aceptar los cargos de fraude especial. Su condena resulta de un acuerdo judicial que considera la corta edad del acusado y las circunstancias de sus crímenes.

El caso del "Mago" comenzó a desenredarse a principios de este año, cuando se reveló su raid delictivo que abarcó múltiples provincias como Corrientes, Buenos Aires, Córdoba y Neuquén. En Neuquén, Sosa destacó por su capacidad para ejecutar estafas con rapidez, logrando obtener 2.8 millones de pesos en menos de dos horas en una sola jornada de actividad delictiva, aunque no sin algunos fracasos en intentos de ataque.

La detención del Mago fue el resultado de una investigación exhaustiva que involucró a la fiscalía de Delitos Económicos y al Banco Provincia de Neuquén (BPN), el cual aportó videos y registros de cajeros automáticos que Sosa había manipulado. Finalmente, fue rastreado y capturado en Comodoro Rivadavia gracias a la colaboración entre distintas fuerzas policiales y la empresa Red Link.

El skimming, técnica utilizada por Sosa, consiste en la instalación de dispositivos que clonan tarjetas en cajeros automáticos, permitiendo a los delincuentes copiar la información de las tarjetas de las víctimas y crear duplicados para vaciar sus cuentas. Conocido por su habilidad para el engaño, el Mago se ganó su apodo al poder manipular estos dispositivos sin ser detectado, lo que lo convirtió en un objetivo difícil de atrapar hasta su captura.

Los detalles de los ataques son sorprendentes: el primer ataque tuvo lugar el 22 de febrero en un cajero BPN, donde Sosa, a las 13:32, transfirió 220.000 pesos de su primera víctima. En sucesivas incursiones, acumuló enormes sumas en tiempo récord, pero también sufrió contratiempos que evidencian los riesgos del delito.

La condena de Tomás Alejandro Sosa marca un hito en la lucha contra el skimming en el país, resaltando la importancia de la cooperación entre entidades bancarias y fuerzas del orden en la detección y persecución de este tipo de delitos. La historia del Mago del skimming sirve de advertencia sobre las crecientes amenazas en la era digital y la necesidad de proteger nuestros datos financieros con mayor rigor.

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