Judiciales y Policiales
Toma detrás del polideportivo del Almafuerte

Versiones cruzadas: la policía habló de desalojo pacífico, los ocupantes denunciaron violencia

El escenario de los hechos es un extenso predio descampado, ubicado al norte de la comisión vecinal del barrio y queda a unos 500 metros del loteo en construcción de Cuenca 16.

La policía desalojó este martes a la mañana la toma que se había instalado detrás del polideportivo del barrio Almafuerte II, lo cual desencadenó una serie de reacciones: hubo una retención de dos colectivos y fue ocupada la sede del salón de usos múltiples del barrio. No hubo heridos ni detenidos, aunque abundaron las quejas de los vecinos por el accionar policial.

El escenario de los hechos es un extenso predio descampado, ubicado al norte de la comisión vecinal del barrio y queda a unos 500 metros del loteo en construcción de Cuenca 16. Allí las familias habían colocado algunas casillas precarias de madera y nailon debajo de las líneas de alta tensión.

José Naihual, subdirector de Seguridad de la Policía, informó que el operativo desalojo se concretó a las 6 de la mañana por orden de la fiscalía de Delitos Patrimoniales, a cargo de Marcelo Jara.

Naihual informó que "se notificó a unas 20 personas que estaban el lugar y luego se retiraron. Se procedió al desarme y posteriormente se les permitió a los ocupantes que se llevaran sus pertenencias".

Explicó que "el procedimiento se llevó adelante de manera normal, no hubo resistencia de ningún tipo". El personal a su cargo se quedó custodiando el predio que "próximamente será entregado a las autoridades del IPVU".

La otra campana

Por su parte, los desalojados advirtieron que la situación fue tensa, recriminaron que el accionar de la policía había sido violento. Ricardo relató que "estábamos descansando y cuando vinieron; ninguno nos habló con respeto. Entraron y nos pegaron, habiendo criaturas dentro. A mí me arrastraron por el piso hasta afuera".

Cintia, la delegada del grupo, señaló que "a las seis de la mañana empezamos a sentir que se caían las maderas. Cuando fui a pedirles la orden de desalojo, para que pare un poco esto, me sacaron cagando. Uno de los chicos tuvo que retirar a su bebé de debajo de las chapas. Es mentira que entraron pacíficamente, dejaron a 101 familias en la calle ahora".

Hacia el mediodía los desalojados terminaron de levantar sus cosas y luego se trasladaron hacía la comisión vecinal. Incendiaron cubiertas y se instalaron afuera del edificio exigiendo "que baje alguno -en referencia al gobierno provincial y municipal- a hablar con nosotros y darnos una respuesta".

En tanto los integrantes de la toma ubicada en Néstor Barros y Novella tomaron dos colectivos de Indalo "para prevenir que nos pase lo mismo".

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