Sin embargo, el fiscal Manuel González, en desacuerdo con el veredicto, solicitó una revisión del caso debido a lo que consideraba una interpretación sesgada de las circunstancias.

El TI, compuesto por las juezas Estefanía Sauli, Florencia Martini y Federico Sommer, determinó que la resolución anterior carecía de fundamentación adecuada, describiéndola como una "debilidad estructural". La jueza Sauli enfatizó la necesidad de que las sentencias se basen en un análisis profundo de la evidencia presentada, más allá del mero convencimiento subjetivo de los magistrados.

La decisión del tribunal subraya la importancia de considerar todas las aristas de un caso, resaltando que tanto la defensa como la acusación presentaron la situación desde una perspectiva de género. Sauli aclaró que ambas partes reconocieron el contexto de violencia en el que se encontraba Troncoso, quien también había sido víctima de abusos.

Con la anulación del fallo anterior, se ordena la realización de un nuevo juicio oral, esta vez con un tribunal diferente. Esta revalorización del caso podría tener un impacto significativo no solo en la vida de Troncoso, sino también en la manera en que el sistema judicial aborda la violencia de género y la legítima defensa en situaciones extremas.

El próximo capítulo del juicio se encuentra ahora en el horizonte, planteando interrogantes sobre la interpretación legal de estos complejos casos y el papel de la justicia en la protección de las víctimas de violencia.