Judiciales y Policiales
Controlaron la situación

Tensión en Centenario: motín en la comisaría Quinta culmina con rehenes

La situación escaló rápidamente, llevando a los reclusos a exigir diálogo con autoridades judiciales en lugar de aceptar negociaciones iniciales con la policía.

La tarde del lunes 11 de noviembre marcó un episodio de alta tensión en la alcaidía de la Comisaría Quinta, donde 13 presos se amotinaron y tomaron como rehén a un celador. Este suceso generó una inquietud considerable tanto en la comunidad local como en las fuerzas de seguridad, que rápidamente se movilizaron para recuperar el control de la situación.

El motín se desató alrededor de las 18:50, durante el cambio de guardia, cuando un sargento fue sorprendido y reducido por los internos. Según informes preliminares, el uniformado se encuentra en condiciones estables y no presenta lesiones visibles. Sin embargo, la situación escaló rápidamente, llevando a los reclusos a exigir diálogo con autoridades judiciales en lugar de aceptar negociaciones iniciales con la policía.

Un despliegue significativo de fuerzas de seguridad fue organizado, encabezado por el jefe del operativo, Leonardo Antonio Muñoz, de la Policía del Neuquén. El Grupo Especial Antimotines y Requisa (GEAR) ingresó al pabellón con la misión de retomar el control y salvaguardar la seguridad del rehén.

Tras varias horas de negociación tensa, el celador fue liberado sano, aunque evidentemente afectado por el trauma del suceso. Él será trasladado al hospital Natalio Burd para recibir atención médica y realizar controles que garanticen su bienestar.

Los familiares del celador se presentaron en la unidad, preocupados por su condición psicológica tras el incidente. La angustia y el shock emocional eran palpables, especialmente considerando la delicada naturaleza del alto riesgo enfrentado.

En cuanto a los motivadores detrás del motín, fuentes indican que entre los presos involucrados se encuentran individuos con antecedentes criminales significativos, incluidos cabecillas vinculados a delitos graves. Hay reportes de que al menos uno de ellos está implicado en el asesinato del Ruso Auer y que algunos cumplen condenas previas en penales de reconocida notoriedad en el país.

A medida que se desarrollaba la situación, las autoridades optaron por desplegar recursos adicionales para prevenir la llegada de familiares a la comisaría, temiendo que esto pudiera desencadenar un conflicto externo. Al final, las negociaciones finalmente lograron su objetivo, aunque las exigencias de los amotinados sobre las condiciones de encarcelamiento quedaron en el aire, dejando abierta la puerta a futuros diálogos sobre la reforma del sistema penitenciario local.

Los eventos de este lunes subrayan la fragilidad de la seguridad en situaciones de crisis dentro de las instituciones carcelarias y ponen de manifiesto la necesidad urgente de abordar las preocupaciones sobre las condiciones de encierro en la provincia de Neuquén.

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