El viento de la Patagonia volvió a traer a casa a uno de sus hijos predilectos. Rubens Sambueza, el talentoso mediocampista que conoció la gloria en el fútbol nacional e internacional, ha regresado a Neuquén. Después de una carrera llena de éxitos, Sambueza ha vuelto a sus raíces para apoyar a sus hijos Jair e Ian, quienes se han sumado al Club Pacífico.
Desde pequeño, Sambueza acunaba sueños en la escuelita de fútbol de Círculo Policial de Zapala, entre potreros y baldíos como tantos otros chicos argentinos. Su zurda mágica lo llevó a pasar por el Club Don Bosco y, eventualmente, ser descubierto por los reclutadores de River Plate durante un torneo en San Martín de los Andes. "Me eligieron con 14 años", recuerda Rubens, quien junto a otro joven se trasladó a Buenos Aires para ingresar a la pensión de River, bajo la tutela del legendario profesor Delem.
A lo largo de su trayectoria, Sambueza vistió la camiseta de la selección nacional en las categorías sub-15 y sub-17, dirigidas por Hugo Tocalli y José Pekerman, respectivamente. En River, compartió cancha con futuros grandes del fútbol argentino como Javier Mascherano, Fernando Cavenaghi y Maxi López. Su debut en primera división llegó de la mano de Manuel Pellegrini, jugando junto a estrellas como Marcelo Gallardo y Martín Demichelis.
Rubens Sambueza está de regreso en su tierra natal, compartiendo su pasión y experiencia con sus hijos, quienes comienzan a forjar sus propias historias en el mundo del fútbol. "Volví a Neuquén para apoyarlos y estar cerca de ellos", comenta el veterano futbolista.
El retorno de Sambueza no solo enriquece el ámbito deportivo local, sino que también es un ejemplo de dedicación y amor por el deporte que inspira a nuevas generaciones. Su historia, desde los humildes comienzos en Zapala hasta la cúspide del fútbol mundial, es un testimonio de esfuerzo, talento y la magia de seguir los sueños.