“Para nosotros, la regionalización es una forma de trabajo. Tiene que ver con cómo pensamos y cómo ponemos en funciones cada una de las líneas del Plan Provincial de Salud”, subrayó Regueiro. El ministro explicó que históricamente, el sistema de salud en Neuquén ha operado en zonas sanitarias. Sin embargo, el nuevo enfoque busca unificar la lógica de los ministerios, teniendo en cuenta las características específicas de cada región.

Regueiro detalló que trabajar por regiones permite diferenciar los perfiles epidemiológicos y demográficos de cada área, lo que facilita la planificación de acciones específicas. “Con la información que obtenemos del trabajo en las diferentes regiones, promovemos acciones y trabajamos desde el recurso humano hasta la inversión en equipamiento y vehículos para poder dar la respuesta adecuada”, añadió.

El ministro también mencionó que la regionalización permite medir el impacto de las políticas implementadas, algo que no era posible con el antiguo sistema de zonas sanitarias. “Si uno no puede medir, no sabe cuál es el impacto de la política que toma”, afirmó.

Desde la sanción de la Ley de Emergencia Sanitaria, se han gestionado 92 expedientes que representan una inversión de 42.800 millones de pesos. De esta cifra, 4.000 millones se han destinado a la compra de equipamiento, incluyendo electrobisturíes, equipos de radiografía para el hospital de Loncopué y equipos de diálisis para el hospital de Chos Malal.

“El 10 por ciento de los gastos que estamos haciendo es para generar capacidad instalada. Esto es cambiar la forma de hacer la atención sanitaria, pensando en lo que viene después, no solamente en una cuestión de comprar y listo”, concluyó Regueiro.

Con este enfoque innovador, el gobierno de Neuquén busca no solo mejorar la calidad de los servicios de salud, sino también asegurar que estos sean más accesibles y eficientes para todos los habitantes de la provincia.