La avispa taladradora de los pinos (Sirex noctilio) es la principal plaga que afecta a estas plantaciones. Los ataques se producen en plantas debilitadas o estresadas, generalmente debido a condiciones ambientales y climáticas.

Las formas de control más efectivas se basan en la disminución de la cantidad de avispas adultas. Ello básicamente se logra con el adecuado manejo de las plantaciones que disminuyen el stress en los árboles, y previenen así el ataque, y a través del control biológico de la avispa una vez producido el ataque.

La metodología consiste en la identificación de árboles atacados en el último año, que una vez apeados, son inoculadas con el nematodo. Estos “gusanos” detectan a las larvas creciendo en el interior de los troncos, se alojan en ellas y realizan todo su ciclo biológico en su interior, afectando todas las variables biológicas de la plaga.

Durante 2022 se aplicarán las 230 dosis en casi 800 árboles en las localidades de Aluminé, Junín de los Andes, Andacollo, Huinganco, Las Ovejas Manzano Amargo, Varvarco y áreas de influencia de las mismas; para ello se cuenta con la colaboración de personal de la secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente, y de los municipios.

Esta campaña se lleva adelante en articulación con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que provee el material vivo, que es producido por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Montecarlo, en Misiones.