Explicó que el 30 de abril, el imputado, J.A.M., siguió a la mujer hasta la casa, pero al abordarla, ésta le pidió que se retirara del lugar y cerró la puerta. Sin respetar ese pedido, J.A.M ingresó por la ventana de la cocina y comenzaron a discutir. A raíz de esa situación, la mujer se fue de la casa con una amiga y volvió horas más tarde, cuando el imputado volvió a presentarse, pero para pedirle disculpas. En ese marco, la mujer sí le permitió ingresar, pero cuando le dijo que pretendía terminar con la relación, el imputado volvió a tornarse violento, la llevó por la fuerza a la habitación y cometió el abuso sexual.

Luego la amenazó, manifestándole que “si lo denunciaba o hacía algo le iba a pasar algo peor” y le refirió que no lo dejara. La asistente letrada detalló que, por temor, la víctima continuó con la relación hasta julio, cuando logró terminar el vínculo. Durante ese tiempo, el acusado reiteró los abusos sexuales.

Tras relatar el hecho, la Maggiora explicó que toda la relación que mantuvieron estuvo “signada por hechos de violencia de género” y encuadró los hechos en el delito de abuso sexual con acceso carnal, cometido de manera continuada (artículos 119, tercer párrafo; y 45 del Código Penal).

Con el aval de la víctima, la representante del Ministerio Público Fiscal solicitó que se fije la prohibición absoluta de contacto por cualquier medio y de acercamiento a la víctima o a los lugares que ella frecuente.

La defensa del imputado acordó con el pedido y la jueza, que tuvo por formulados los cargos y ordenó un plazo de investigación de 4 meses, hizo lugar a las medidas cautelares. También dispuso que en caso de encontrarse, el acusado tendrá que alejarse del lugar. Por otro lado, el imputado deberá presentarse quincenalmente a controles en una comisaría.