Panorama Político de Neuquén
Giro inesperado

Figueroa y Martínez en Vaca Muerta: un llamado a la acción para el futuro de la provincia

El gobernador Rolando Figueroa: construyendo el futuro… ¿O solo poder? (Dibujo: NOVA)

Agosto terminó en Neuquén con un giro inesperado de los acontecimientos, el gobernador Rolando Figueroa, y el histórico líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, se reunieron en Vaca Muerta para discutir el futuro de la provincia. Figueroa, con su característico entusiasmo, presentó un plan de infraestructura financiado por créditos internacionales, porque, claro, ¿qué mejor manera de capear el ajuste del gobierno nacional que endeudarse aún más?

Martínez, por su parte, aplaudió la iniciativa, destacando que nada dice “progreso” como un buen discurso y promesas de obras que, con suerte, se completarán antes del próximo cambio de gobierno. Ambos líderes coincidieron en que, si bien la situación es complicada, siempre hay espacio para más discursos apasionados y planes ambiciosos que suenan mejor en papel que en la realidad.

En un escenario digno de una obra de teatro, el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, se plantó junto al líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, y enumeró con fervor las necesidades de la provincia: “Nos hacen falta más de 40 escuelas. Nos hacen falta más de 500 kilómetros de ruta. Nos hacen falta hospitales, comisarías, nos hace falta infraestructura”. Todo esto, mientras el eco de los recortes y ajustes resonaba en el fondo, como una banda sonora irónica.

El inicio del año no fue un paseo por el parque para Figueroa. La motosierra del ajuste hizo estragos, especialmente en los municipios. La eliminación del Fondo de Incentivo Docente (FONID) y del subsidio al boleto de transporte público dejó a la provincia tambaleándose. Pero, en medio de este caos, la actividad imparable del petróleo y el gas parecían ser la única luz al final del túnel, aunque esa luz podría ser solo el reflejo de una llama de gas.

Así, mientras Figueroa y Martínez discutían planes grandiosos y ambiciosos, la realidad transcurre su curso, recordándonos que, a veces, las palabras son solo eso: palabras.

La relación entre Figueroa y el presidente Javier Milei es un ejemplo perfecto de cómo dos personas pueden ser “respetuosas, pero frías”. Es como si estuvieran en una competencia de quién puede ser más educado sin realmente querer estar allí.

Figueroa y Milei se saludan con una sonrisa que no llega a los ojos y un apretón de manos que podría congelar el agua. En las reuniones, mantienen una distancia prudente, como si temieran que el contacto prolongado pudiera derretir la capa de hielo que los separa.

Cuando hablan, lo hacen con una cortesía tan exagerada que casi parece sarcasmo. “Estimado Figueroa, es un placer verte”, dice Milei, mientras Figueroa responde con un “el placer es todo mío, Milei”, ambos sabiendo que preferirían estar en cualquier otro lugar.

En resumen, la relación entre Figueroa y Milei es un ballet de formalidades, donde cada movimiento está cuidadosamente coreografiado para evitar cualquier muestra de calidez. Porque, al fin y al cabo, ¿quién necesita una relación cálida cuando se puede tener una “respetuosa, pero fría”?

A pesar de que no hubo reclamos, en Neuquén todavía se analiza la relación con la Casa Rosada. Es como un matrimonio de conveniencia, donde ambos lados sonríen para las fotos, pero duermen en habitaciones separadas.

La reciente visita a Neuquén y sobre todo al interior del país de Milei, algo que en estos 9 meses es muy inusual del presidente como recorrer el interior profundo de la Argentina fue como una visita relámpago de ese pariente lejano que apenas recuerdas: llega, saluda, y se va antes de que puedas ofrecerle un café. Su presencia fue tan fugaz que algunos se preguntaron si realmente estuvo allí o si fue solo un espejismo de campaña pensando en el 2025.

En la previa de un año electoral, Milei dejó claro que la relación es cordial, pero no esperen abrazos ni cenas familiares. Algo que enciende las alertas dentro de Comunidad que este espacio sacaría sus piecitos del platito y armaría su propio partido buscando representante en el congreso son sello propio.

Es más, su visita fue tan breve que ni siquiera hubo tiempo para las típicas fotos de campaña con niños y ancianos. En lugar de eso, Milei se limitó a un par de discursos rápidos y a un apretón de manos aquí y allá, como si estuviera marcando casillas en una lista de tareas. Y sobre todo muy interesado en viajar al exterior, donde parece sentirse más cómodo que dentro de su país.

Los habitantes de la Patagonia, acostumbrados a la hospitalidad y a las largas sobremesas, se quedaron con la sensación de haber recibido a un vendedor de enciclopedias en lugar de a un candidato presidencial.

Rolando Figueroa, el diligente gobernador de la provincia energética de Neuquén, es un ejemplo de compromiso y dedicación. No hay día que pase sin que mantenga un contacto estrecho y permanente con la Nación. Pero, por supuesto, este diálogo tan fluido y constante no se da con cualquier funcionario. No, no. Figueroa prefiere afinar sus conversaciones con Guillermo Francos, el jefe de Gabinete. Porque, ¿quién mejor que Francos para entender las complejidades de la gestión provincial y nacional?

Es casi como si tuvieran una línea directa, una especie de “teléfono rojo” de la política argentina. Mientras otros gobernadores se conforman con reuniones esporádicas y comunicados oficiales, Figueroa y Francos parecen estar en una sinfonía perfecta, ajustando cada nota y cada acorde para que la melodía de la gestión pública suene impecable.

Rolando Figueroa, es un astuto político de Neuquén, no solo mantiene una relación estrecha con Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, sino que también sabe elegir muy bien a sus aliados. La otra figura con la que Figueroa mantiene una sintonía perfecta es el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.

Caputo, siempre tan expeditivo en temas que le interesa, decidió hacer una visita relámpago a Añelo justo antes de que el Ejecutivo local saliera a colocar un nuevo bono. Porque, claro, nada dice “confianza” como una visita rápida y bien calculada antes de lanzar un bono. Es casi como si Caputo quisiera asegurarse de que todo estuviera en orden, no vaya a ser que algo se escape de su control.

La escena es casi cinematográfica: Caputo bajando del avión, saludando a todos con una sonrisa de oreja a oreja, y revisando cada detalle con la precisión de un reloj suizo. Todo esto, por supuesto, para que Figueroa pueda lanzar su bono con la tranquilidad de saber que tiene el respaldo del ministro de Economía.

Y así, entre visitas estratégicas y diálogos afinados, Figueroa espera una primavera muy florida que permita una buena cosecha en la región más productiva del país.

Queda claro que Rolo sabe exactamente con quién hablar y cuándo hacerlo. Porque, al final del día, no se trata solo de mantener el contacto, sino de saber cómo y con quién mantenerlo.

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