Pero, además, a toda esta trama de oscuridad se la vincula también a una muerte en Centenario, donde presuntamente uno de los sospechosos se habría suicidado luego de que todo salga a la luz.

Fue concretamente el Departamento de Jubilaciones y Pensiones el que detectó, tras una auditoría interna, un faltante de 5,8 millones de pesos, una anomalía en las liquidaciones de haberes.

El fiscal de Delitos Económicos, Marcelo Jara, abrió una investigación y si bien buscan mantener el anonimato de los sospechosos, Daniel Aguirrezabala es el contador y director del área de Jubilaciones, quien se desligó totalmente y aseguró públicamente que “se trató de un robo hormiga”.

Además, Mauricio Seguel, jefe de control, fue quien se suicidó hace una semana atrás (no están determinados los motivos). También aparecen los nombres de Natalia Messineo, subdirectora, y Patricio Díaz, coordinador del sector. Todos estarán vinculados a la causa, al menos, en calidad de testigos o… sospechosos.

Las claves fueron “la clave”

El mecanismo de estafa está directamente vinculado al uso indebido de claves, pero que responde a un problema de seguridad del sistema del ISSN y que, según aseguraron a NOVA, nunca se intentó mejorar habiendo incluso antecedentes de sumarios internos. ¿Hacían la vista gorda?

Concretamente hablamos de Aguirrezabala, el contador del sector quien años atrás fue denunciado y supo tener un sumario administrativo por ser funcionario del ISSN y, al mismo tiempo, ser representante de una financiera –Finvercom-, mediante a la cual entregaba créditos a trabajadores estatales (judiciales, docentes. entre otros), es decir, tenía una doble función y hubo sospechas de malversación de parte de esa empresa que luego cerró.

Por otra parte, hay muchas sospechas sobre el descuento de la cuarta categoría que se realiza sobre el 40 por ciento que, a diferencia del resto del país, en la zona patagónica es del 22 por ciento. El sobrante, es decir el 18 por ciento de cada jubilado, nunca se sabe a ciencia cierta, con claridad y transparencia, cómo se reintegra ese remunerativo al gobierno nacional.

También, hay un dato que es muy importante, pero del cual no dicen nada públicamente y tiene que ver con un programador que se fue del ISSN y actualmente trabaja para el Banco Provincia de Neuquén y se llevó las claves e ingresos al sistema.

Pero el problema ya viene de raíz porque, en muchas ocasiones, explicaron a NOVA, cuando ex funcionarios del ISSN se retiran de sus cargos, no se le cancelan las claves de ingreso por lo que el Instituto tampoco hace un reseteo anual de las contraseñas, como hacen la mayoría de bancos habitualmente, por ejemplo.

Por último, esto hace que haya fisuras en la seguridad digital, afirmaron a NOVA, porque mucha gente puede tener vía libre a los estados contables, a los gastos, transferencias, etcétera, de acuerdo a su nivel de acceso, por lo que se hace muy difícil controlarlo. Incluso ponen un manto de dudas en que esto sea realmente a adrede, desde hace años.