En una decisión unánime, un tribunal ha condenado a un varón por la violación de una joven ocurrida en su domicilio durante una reunión social en marzo de 2022. El fallo se basa en las pruebas presentadas por el Ministerio Público Fiscal, que demostraron que el imputado cometió el abuso en un contexto de intimidad, un aspecto que fue crucial para el deliberar judicial.
La fiscal Rocío Rivero, quien lideró la acusación, subrayó que el eje central del caso giró en torno al consentimiento. La víctima, en su declaración, aseguró que no había acordado mantener relaciones sexuales y que incluso intentó resistirse a la agresión. Por otro lado, la defensa del condenado argumentó lo contrario. Sin embargo, el tribunal determinó que las evidencias eran contundentes para declarar culpable al acusado, D.M.C., de abuso sexual con acceso carnal.
El hecho ocurrió el 20 de marzo a las 7 de la mañana, en un contexto donde la víctima y el amigo del imputado, familiar de D.M.C., se encontraban en la vivienda; el amigo se encontraba dormido debido a la ingesta excesiva de alcohol, lo cual permitió que el acusado aprovechará la situación para llevar a cabo el acto delictivo. Tras la agresión, D.M.C. llamó un taxi para que la víctima pudiera abandonar el lugar.
El presidente del tribunal, Luis Giorgetti, destacó la importancia del relato de la víctima en este tipo de delitos, que a menudo suceden en la intimidad. "Se debe corroborar con distintos indicios que deben converger", afirmó Giorgetti, al enumerar elementos como la denuncia presentada pocas horas después del hecho y los testimonios de testigos y especialistas que respaldaron la versión de la víctima.
Con el veredicto ya establecido, falta por determinar la pena que D.M.C. deberá cumplir. En una próxima audiencia se discutirá esta cuestión y se ordenará su inscripción en el Registro de Personas Condenadas por Delitos contra la Integridad Sexual (RIPeCoDIS). Además, el fiscal de Delitos Sexuales, Azar, ha dispuesto medidas de protección y evaluaciones periciales para garantizar la seguridad y bienestar de la víctima en este difícil proceso.
Este caso resuena como un recordatorio sobre la seriedad de los delitos sexuales y la necesidad de brindar apoyo a las víctimas, así como de la importancia de abordar estos conflictos legales de manera sensible y justa.