Ante la confrontación, la víctima intentó defenderse, lo que llevó a un vecino a intervenir. Sin embargo, en una reacción violenta, Morales Reyes se dirigió a su vehículo, donde tomó un arma calibre 32 y, tras amenazar a la mujer, disparó al menos tres veces sin lograr causarle daño.

Desde su arresto, el condenado había permanecido en prisión preventiva. Esta medida cautelar fue establecida por un periodo inicial de seis meses en abril, tras la formulación de cargos, y posteriormente prorrogada por dos meses adicionales. Las razones para esta cautela incluyeron el riesgo de fuga y la necesidad de proteger la integridad de la víctima.

Morales Reyes fue declarado responsable del delito de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, en grado de tentativa. El acuerdo judicial implicó la aceptación de su culpabilidad y la renuncia de las partes a recurrir la decisión. Con esto, se procederá a llevar a cabo una nueva audiencia ante la jueza de ejecución penal para formalizar su estado como detenido.

El tribunal, compuesto por los jueces Juan Pablo Encina, Luis Giorgetti y Juan Guaita, homologó el acuerdo por unanimidad, formalizando así la condena y sentando un precedente sobre la gravedad de las amenazas con armas de fuego en contextos de violencia de género.