A los 80 años fallecía el obispo Jaime Francisco de Nevares, defensor de los derechos de los trabajadores.
El obispo de Neuquén había formado parte de la CONADEP, que reunió testimonios de los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar.
Su trabajo como sacerdote y, más particularmente, su accionar episcopal, se centró en el ejercicio de la justicia y de la defensa de los derechos constitucionales durante las convulsionadas décadas de 1960, 1970 y 1980.
Padre conciliar en el Concilio Vaticano II, defensor de las huelgas obreras (en el Chocón) a fines de la década de 1960, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y a posteriori del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos en plena dictadura del Proceso de Reorganización Nacional.
Miembro de la CONADEP durante 1983 y 1984, y convencional constituyente para la Reforma de la Constitución Argentina de 1994, el trabajo de Jaime de Nevares lo posicionó como un referente ético, tanto para católicos como para otros actores sociales.