Reunión de kirchneristas en la provincia: mismos nombres, mismas mañas y cada vez menos apoyo

El kirchnerismo de Neuquén volvió a mostrarse en público con la ilusión de recuperar el protagonismo perdido, pero la realidad fue lapidaria. En un intento por demostrar unidad, los mismos dirigentes de siempre se reunieron el sábado en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) con la intención de delinear estrategias de cara a las próximas elecciones legislativas.
Participaron el histórico Oscar Parrilli, que lleva más de medio siglo viviendo de la política neuquina, acompañado de su hermana, su yerno, si hija, sus nietos y todos los familiares que logró acomodar; Darío Martínez, presidente del PJ neuquino, más conocido por sus viajes a ver todos los mundiales de fútbol que por sus aportes a la provincia; el intendente de Cutral Có, Ramón Rioseco que con una mano le pega al Gobierno provincial y con la otra recibe todo cuanto puede de la provincia y la foránea Mayra Mendoza que tuvo que buscar la provincia en el mapa para saber dónde iba.
🗣️@OscarParrilli a @fllorenteantoni en #SinCorbata: “Lo que diga @PatoBullrich forma parte del récord Guinness de mentiras”https://t.co/5BRtNI26mP
— Splendid AM 990 (@splendidam990) March 17, 2025
Sin embargo, lejos de generar entusiasmo, el evento fue un reflejo de la debilidad del peronismo local: un salón semivacío, discursos reciclados y el miedo latente de perder las bancas en el Congreso.
El acto llevó el pomposo nombre de "Unidad y acción para frenar a Milei", sin embargo, el público escaseó. A pesar de los esfuerzos por disimular la falta de convocatoria, las imágenes del evento dejaron en evidencia lo que ya es un secreto a voces: el kirchnerismo neuquino está en retirada.
Lejos de la efervescencia de otras épocas, el encuentro tuvo un tono más de resistencia que de relanzamiento. La realidad política no juega a su favor: las encuestas reflejan un escenario de polarización entre el oficialismo provincial, encabezado por el gobernador Rolando Figueroa (Neuquinidad), y La Libertad Avanza, el espacio de Javier Milei. En ese contexto, el peronismo no logra consolidarse como una opción viable.
Los intentos de Mendoza, Parrilli y Rioseco por infundir ánimo chocaron contra la frialdad de los datos. En la práctica, el peronismo neuquino ha ido perdiendo figuras clave, que optaron por sumarse al armado de Figueroa, donde conviven sectores de la UCR, el PRO y parte del justicialismo.
Nombres como Soledad Martínez (Frente Grande), Marcelo Zúñiga (Movimiento Evita) y Carlos Sánchez (Frente Renovador) ya han abandonado el barco kirchnerista, dejando al espacio aún más debilitado.
El verdadero objetivo de la reunión era la supervivencia política. Con la renovación de tres bancas en el Senado y tres en Diputados, los dirigentes kirchneristas saben que, si no logran sostener un mínimo caudal de votos, podrían quedar fuera del Congreso. De ahí la desesperación por cerrar filas y repartirse los escasos espacios de poder que les quedan.
El caso de Darío Martínez es ilustrativo. Luego de un magro desempeño como candidato a intendente de Neuquén y haber pasado completamente desapercibido como secretario de Energía de Alberto, ahora busca una banca en el Senado para no perder su fachada de dirigente político y que salga a la luz la compleja trama de negociados que mantendría alquilando su fastuosa flota de camionetas 4x4 a empresas y dirigentes de todos el espectro político como el actual intendente de Neuquén Mariano Gaido o al ex gobernador Sapag.
El peronismo corre el riesgo de quedar relegado a un lejano tercer o cuarto puesto en la contienda electoral. En el peor de los escenarios, podrían no obtener ninguna representación, sellando así la peor derrota en décadas para el kirchnerismo neuquino.
El acto en la UNCo dejó en evidencia la falta de renovación y la nula autocrítica de los dirigentes peronistas. En lugar de reconocer el rechazo de la sociedad neuquina hacia su espacio, los oradores prefirieron insistir en el mismo discurso de siempre: la "resistencia al ajuste", la "defensa de los más vulnerables" y la "lucha contra la derecha". Nada nuevo, nada auténtico, nada que pueda conectar con el electorado que ya les dio la espalda.
Mayra Mendoza, después de sacarse dos fotos en Bahía Blanca, desde su rol de invitada estrella, intentó inyectar entusiasmo al auditorio asegurando que "la unidad es la clave para frenar el modelo de ajuste y represión". La realidad es que, lejos de unirse, el peronismo neuquino está cada vez más fragmentado y sin rumbo.
Mientras Neuquinidad y La Libertad Avanza se disputan el protagonismo político en la provincia, el kirchnerismo se enfrenta a un panorama desolador.
Su caída en las encuestas, la falta de convocatoria y la pérdida de dirigentes clave configuran un escenario en el que la posibilidad de quedarse sin representación en el Congreso es más que real.
Sin propuestas concretas ni una estrategia clara, lo que se vio el sábado fue el retrato de un espacio en retirada, que lucha por no desaparecer pero que, a juzgar por los hechos, parece condenado a hacerlo.