Podrán acceder al incentivo aquellas personas que gestionen establecimientos en riesgo sanitario o con producción frutícola en estado de abandono con una superficie de hasta diez hectáreas.

La iniciativa describe las actividades comprendidas en el programa definidas por porciones de tierra, entre ellas la erradicación del monte frutal y limpieza del terreno; la nivelación y el acondicionamiento del suelo; la siembra para cultivos hortícolas; la provisión de insumos para los cultivos; la implementación de mecanismos de compra directa de lo producido por parte del Estado para la provisión de alimentos a hospitales, escuelas, comedores comunitarios, instituciones dependientes del sistema penitenciario provincial y otras instituciones públicas.

En los fundamentos, que retoman la legislación en la materia orientada a fomentar la agricultura familiar, se asegura que la propuesta no constituye “solo una respuesta a la necesidad de diversificar la matriz productiva y mejorar la seguridad alimentaria de Neuquén, sino también un paso esencial hacia un desarrollo rural más inclusivo y sostenible”.

Menciona por caso la importancia de promover prácticas agrícolas familiares y agroecológicas, en el marco de los objetivos globales de desarrollo sostenible y procurando el bienestar de toda la ciudadanía mediante la producción de alimentos de calidad y el cuidado del medio ambiente.