El Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios (CIPPA), dependiente del ministerio de Economía, Producción e Industria, realizó diversas acciones de inspección en la región de Vaca Muerta con el objetivo de garantizar la inocuidad y seguridad de los productos alimenticios.
En estas intervenciones, se realizaron controles sobre caprinos, ovinos, bovinos y porcinos que no contaban con la documentación sanitaria correspondiente ni acreditaban la trazabilidad exigida por la normativa vigente. La mayor parte de los animales intervenidos provenía de faenas realizadas en establecimientos no habilitados.
— Control Ingreso Provincial Productos Alimenticios (@CippaNqn) December 18, 2024
Andrés Piotti López, presidente del CIPPA, aseguró que “estas acciones forman parte de los esfuerzos permanentes del organismo por proteger la salud de la población y asegurar el cumplimiento de la normativa alimentaria”.
Además, indicó que “en esta época de festejos de fin de año, es importante extremar los cuidados al momento de adquirir y consumir productos cárnicos, asegurándose de que provengan de fuentes habilitadas y cumplan con todas las normas sanitarias”.
Respecto del consumo de carne proveniente de faena clandestina, Piotti López comentó que “implica riesgos graves para la salud, como la posibilidad de contraer enfermedades como la triquinosis, brucelosis, entre otras, intoxicaciones alimentarias y problemas derivados de la falta de controles higiénico-sanitarios”.
Por esto, “es fundamental verificar que provengan de comercios habilitados y que cumplan con las condiciones sanitarias y de trazabilidad establecidas”, enfatizó.
Como resultado de estas acciones, se decomisaron 660 kilogramos de carne que no cumplía con las condiciones reglamentarias para su distribución y consumo.
Asimismo, en un trabajo conjunto con el área de Inspección y Comercio de Rincón de los Sauces, se realizaron inspecciones en establecimientos del rubro alimentación.
Durante estas acciones, se intervinieron 240 kilogramos de distintos cortes de carne (porcina, bovina, aviar y caprina), además de aproximadamente 360 kilogramos de productos derivados de origen animal que se encontraban en mal estado, vencidos o sin las condiciones de inocuidad necesarias para el consumo humano.