Todo comenzó cuando la diputada Brenda Buchiniz, alineada con el presidente Javier Milei, lanzó una acusación fulminante en su cuenta de X (ex Twitter). Sin nombrarla directamente, pero con un dardo envenenado, acusó a la concejala Denisse Stillger de haberle "copiado" descaradamente un proyecto que ella había presentado en agosto.

“La política no puede seguir funcionando a base de mezquindades y necesidad de protagonismo”, disparó con furia Buchiniz, dejando en claro que el espacio libertario en Neuquén está al rojo vivo.

El supuesto “robo” del proyecto no es un hecho menor. La propuesta busca habilitar el estacionamiento en una zona céntrica de la capital neuquina donde antes estaba prohibido por razones de seguridad bancaria. La restricción, que ya no tendría sentido porque los bancos se mudaron, fue retomada por Stillger casi palabra por palabra, pero sin mencionar el antecedente de Buchiniz.

Y ahí se desató el infierno. Grietas, facciones y una pelea sin freno.

Más allá del debate sobre el estacionamiento, la bronca de Buchiniz expone una fractura profunda dentro del espacio libertario. A simple vista, la pelea es por un proyecto, pero en el fondo lo que se está definiendo es quién se queda con el control político de la fuerza en Neuquén y quién se asegura los mejores lugares en las listas electorales.

Porque aquí nadie es inocente. Buchiniz responde a la estructura de La Libertad Avanza, mientras que Stillger proviene del sector que en su momento llevó a Nadia Márquez al Congreso. Márquez rompió con ese armado y ahora Stillger y Leandro López quedaron orbitando alrededor del gobernador Rolando Figueroa, alejándose de la línea más dura del mileísmo.

Es decir, dentro del espacio libertario hay grupos que se están sacando los ojos por definir quién tendrá más peso en la interna. El caso del estacionamiento solo fue la chispa que encendió un incendio que se venía gestando hace meses.

Pero Buchiniz no se quedó ahí. Envalentonada por el escándalo, aprovechó para reavivar otra pelea, esta vez sobre la presencia de un generador de energía ubicado frente a un salón de eventos en Mitre y Joaquín González. Según la diputada, su espacio ya había pedido que se retire el aparato, pero otra vez alguien más se adueñó de la idea y la presentó como propia.

La jugada es clara: Buchiniz quiere dejar en evidencia que en el espacio libertario hay oportunistas que se apropian de proyectos ajenos para quedar bien ante la opinión pública. Pero Stillger no se quedó callada y redobló la apuesta, sugiriendo que el verdadero problema es que algunos no quieren perder su lugar en la rosca política.

“El problema no es el proyecto. El problema es que algunos no quieren que otros crezcan”, deslizó la concejala en declaraciones a medios locales, sin nombrar a Buchiniz pero dejando claro que la interna está en llamas.

Mientras la pelea sigue escalando en redes y en los medios, lo que realmente está en juego es la distribución del poder dentro de La Libertad Avanza en Neuquén.

Con las elecciones en el horizonte, todos los sectores están moviendo sus fichas para asegurarse los mejores lugares en las listas de las próximas legislativas. Y en ese juego cualquier golpe es válido: desde apropiarse de proyectos hasta operar en redes para desgastar al rival.

El estallido de la interna libertaria podría ser solo el principio de una fractura mayor. Si estos enfrentamientos siguen escalando, el espacio libertario en la provincia podría terminar dividido en facciones irreconciliables, lo que pondría en jaque su futuro electoral.